viernes, 15 de junio de 2012






Apuntes sobre el Movimiento #YoSoy132

Líbana Nacif Heredia

La importancia de la irrupción del movimiento #YoSoy132 en el proceso electoral mexicano, radica en la participación política de una generación, que había permanecido pasiva en los procesos políticos del país.

Desde el movimiento estudiantil de 1968, en el que universitarios denunciaron en las calles el autoritarismo del régimen, no se tiene registro de movimientos recientes con tales dimensiones hasta que en 2012 nació #YoSoy132 que se reveló contra el orden establecido en el proceso electoral y en la vida democrática del país.

Si bien en los 44 años siguientes, hubo protestas estudiantiles en diversos capítulos de la historia de México, estas solo se presentaron a nivel local y no lograron incidencias importantes en el orden establecido.

Un factor determinante fue la valoración de las primeras protestas por parte de los actores políticos al frente del PRI y el manejo del tema en medios de comunicación, que a decir de los universitarios, le dieron un tratamiento incorrecto y dirigido a deslegitimar estas acciones ante la opinión pública y subestimar la capacidad de los jóvenes a manifestar de manera libre sus posturas.

Al igual que ha sucedido en otros países, en México, las nuevas tecnologías de la de la información, representan una herramienta determinante en la constitución de fenómenos sociales a tal grado que han incidido en la toma de decisiones del sistema político, decisiones que han cambiado el rumbo del proceso electoral.

Lo anterior si se toma en cuenta el debate sobre la parcialidad y manejo de información en los medios, abierto a partir de la irrupción del Movimiento #YoSoy132, debate que conforme transcurre el proceso electoral, va agregando nuevos elementos aportados ahora por otros entes del mismo, como los partidos políticos.

Ejemplo de lo anterior es el caso del reportaje publicado por el diario británico The Guardian, que puso al descubierto la estrategia mediática para favorecer a Enrique Peña Nieto, con la activa participación de la empresa Televisa y desde su publicación ha sido ampliamente comentado.

También la magnitud nacional y la estrecha articulación del movimiento entre estudiantes de la capital del país – donde se originó- y sus simpatizantes en los estados de la república que han articulado acciones de protesta y otras actividades como simulacros de la jornada electoral. La transformación del país por la que pugna el Movimiento #YoSoy132, dependerá en gran medida de su trascendencia y actuación después del proceso electoral, independientemente de quien gane la elección a la presidencia de México.

martes, 27 de marzo de 2012

La feminización de la miseria en La Montaña de Guerrero

Por Líbana Nacif Heredia

En La Montaña de Guerrero la miseria no es generalizada. La falta de empleo, de educación, la desnutrición y los problemas de salud se agravan en un sector particular de la población, las mujeres.

En cada uno de los ámbitos la feminización de la miseria encuentra un argumento que se explica en el origen cultural de los roles de género, son estos, los que frenan los intentos de desarrollo paritario de una sociedad.

Es quizá la salud el ejemplo más contundente, cuando el trabajo doméstico en La Montaña de Guerrero recae exclusivamente en las mujeres, quienes en condiciones de marginación extrema, sirven a la familia, engendran a un hijo, se recuperan de un parto y guardan energías para el trabajo del campo.

Las condiciones climatológicas en esta región del estado, con el termómetro por debajo de los 10 grados la mayor parte del año, la desnutrición que hace el cuerpo más propenso al frío, frente a la insuficiencia de energía eléctrica en viviendas, así como el nulo servicio de gas doméstico, obligan a buscar el calor, luz y comida en los fogones, fogatas y estufas de barro con leña y fuego.

El calor de las brasas, mitiga el frío, ilumina y calienta la comida a cambio del humo gris que se debate en una batalla inequitativa con el oxígeno que encierran entre cuatro paredes las pequeñas chozas de adobe o madera.

Ahí aguardan durante horas, por las mañanas y noches, cocinando los frijoles, el pápalo quelite, las tortillas de maíz y la carne seca, las mujeres de La Montaña.

Mientras arrullan al niño, limpian la casa, bordan su huipil o pintan sus artesanías, o mientras el marido bebe el agua ardiente o trabaja en los campos, de la región o de algún estado del norte del país, para llevar alimento a la casa.

En ese contexto, su vientre crece y engendra una nueva vida que se envenena antes de nacer con el monóxido de carbono que respira su madre.

Los riesgos de salud aumentan para ellas, más aún en el caso de las embarazadas, quienes mal comen una vez al día y trabajan largas jornadas en el campo, en la cocina, sin servicios de salud suficientes ni eficaces que brinden la certeza de que su embarazo mal cuidado puede lograrse con éxito.

En La Montaña de Guerrero el hospital mejor equipado se encuentra en Tlapa, ubicado en el centro de una región dividida en poblados separados por caminos que bordean las faldas, el corazón y la corona de agrestes montañas que para una mujer con embarazo de alto riesgo, se traducen en horas y horas de agonía, caminos que en la mayoría de los casos determinan la vida o la muerte de ella.

A ello hay que agregar la resistencia genérica a la atención médica, pues hay grupos étnicos en los que a las mujeres no se les permite hablar con barones, mucho menos dejar a un doctor revisar su cuerpo como lo exige el cuidado del embarazo.

La marginación pues, en esta región del estado encuentra su punto más álgido en el sobrevivir de las mujeres, ellas quienes los alegres colores de su huipil contrastan con la tristeza de su mirada, ellas quienes mantienen vivas las tradiciones y su cultura milenaria de generación en generación, ellas cuya naturaleza femenina, las hace herederas del precio más alto de la miseria, en La Montaña de Guerrero.

Líbana Nacif Heredia

Líbana Nacif Heredia
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