Pensando la política en una noche de cafeina

En esta noche gris de taurina y cafeína se me ocurre plasmar aquí mis pensares respecto a la nuestra forma de vida, la política.

Se me ocurre por ejemplo manifestarme cual izquierdista (ahora que está tan de moda la protesta), para recordar que “la izquierda no es sinónimo de pragmatismo”, ni de subversión, sino un proyecto ideológico, que como su nombre lo indica trasciende más allá de lo que nuestros ojos ven, por que un autentico izquierdista no es aquel que se manifiesta contra lo establecido, sino alguien que “razona” respecto a lo que sus ojos ven y bajo sus ideales de libertad, legalidad, derecho (valores de la izquierda) juzga la situación imperante y actuar bajo el escrutinio de la razón para gestionar el conflicto y lograr soluciones.

Se me ocurre por ejemplo, recordar al ilustre de la ciencia política moderna, quien plantea que “a mayor racionalización de la política mejores condiciones para el establecimiento de la ideología en un régimen” pero en cambio “a mayor pragmatismo en la política menores condiciones ideológicas tendrán las acciones del régimen”.

Salta a mi mente entonces, pensar en la política como algo que va mucho más que una dinámica de corrientes, mucho mas que una dinámica de partidos y representa muchísimo más que un proceso electoral, en contraste con lo que nuestros actores políticos, lideres parredistas principalmente, dejan entre ver cuando admiramos su interpretación de la política desde la observación de las acciones prioritarias en su gestión.

La política como arriba menciono, es una forma de vida, y como todo el que busca calidad de vida, debemos racionalizar cada instante de ella, la política entonces para tiene que verse como la relación de poder, la negociación del conflicto como vía para solucionarlo, en la medida que genera un nuevo conflicto para solucionarlo y asi crear un circulo vicioso en donde predominen las soluciones, basadas en la razón sustentada entonces por un proyecto ideológico.