lunes, 10 de marzo de 2008

Masifiando el partido de masas


Por Líbana Nacif Heredia

La necesidad de fortalecer las bases del partido ha generado un fenómeno desideologizante al interior del PRD, se llevan acabo estrategias con la finalidad de ganar elecciones, mismas que implican dejar de lado la noción de izquierda que había sido hasta hace poco el punto de referencia de la identidad del partido. La pugna por los intereses de las masas, de los pobres, los oprimidos y los olvidados del régimen ha quedado así en el pasado para concentrar los esfuerzos del aparato perredista en estrategias para ganar elecciones.

La minimización de las condiciones ideológicas es una estrategia efectiva, con frecuencia los partidos en crisis intentan superarla poniendo énfasis en la ampliación de su numero de militantes y así mismo la asignación de candidaturas a personajes ajenos o externos al partido. Negociaciones y acuerdos para asegurar los puestos de representación son motivo del llamado transfuguismo de funcionarios, hoy se ven desfilar numerosos líderes priístas y panistas ajenos al perfil ideológico programático en el PRD, personajes con capital político cuya candidatura representa un triunfo para el partido.

Pero qué vale más, ¿ganar elecciones aunque ello implique dejar de lado los objetivos del partido (un instrumento de gestión de demandas sociales)? al pasar por alto el perfil de los nuevos líderes, y con ello arriesgar los espacios de representación política y la adecuada atención de las demandas del sector que representa el partido de masas, y así, ¿seguiría siendo el PRD un partido de masas? Qué vale más, ¿luchar por la reivindicación de los objetivos del partido? con una gestión apegada y lideres políticos cuyo perfil represente el verdadero compromiso con la lucha de masas, aunque ello implique hoy en día arriesgar el triunfo en las urnas.

Para intentar responder estas interrogantes, vale recordar que un partido de masas, como común mente se define al PRD, es aquel que representa una plataforma para que los sectores oprimidos y excluidos de los beneficios directos del gobierno, tengan la posibilidad de participar en el mismo, son partidos que ponderan la potenciación de sus militantes, fuertemente ideologizados, jerarquizados y con actividad de gestión constante.

Teóricos de la ciencia política proponen un modelo paralelo aunque al mismo tiempo representa la degradación del partido de masas, los llamados partidos cáchalo todo, organizaciones cuyo objetivo principal es acaparar el mayor número de electores, lo que implica minimizar sus rasgos ideológicos, partiendo de la idea de que la sociedad es plural y ganar la simpatía de las mayorías implica respetar la diversidad ideológica, manejan un discurso sobre temas coyunturales dirigidos a amplios sectores y priorizan la movilización de masas.

Se dice que el cambio es renovación, y hoy que el PRD está apunto de sufrir un cambio en sus órganos internos, conviene reflexionar las necesidades del partido y evaluar las posibilidades de que este supuesto resulte una ley adhoc al proceso, porque no siempre los cambios estructurales implican renovaciones de fondo, sin embargo siempre son motivo de coyuntura y en las coyunturas la renovación está latente.

Para tal reflexión conviene indagar si realmente la identidad y los valores del partido son tema de agenda en las propuestas de quienes pretenden ser l@s nuevos líderes perredistas, o más allá, quienes de ellos representan los intereses de las masas, intereses que dieron vida al partido, o de lo contrario, quiénes serían conductor@s de la masificación del partido de masas para seguir encaminándolo al hacia su degradación a partido cáchalo todo.

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Líbana Nacif Heredia

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