Teatro político

La encuesta Mitofsky
¿Fue el PRI?
Por Líbana Nacif Heredia

Los dichos populares se crean a partir de realidades, comunes, corrientes, que a veces esconden significados profundos, complicados, o que requieren de una observancia con mayor cuidado para entender el objetivo, la causa y el efecto que se presenta mas allá de la superficialidad de del hecho.

Un dicho popular, que nace de la observancia del acontecer cotidiano saltó a mi mente luego de revisar reacciónes de actores involucrados en la coyuntura electoral, tras el reciente acto que ha ocupado la escena principal del teatro político “a río revuelto, ganancia de pescadores” es el que me gusta para explicar las causas y el efecto de la difusión de la encuesta de Consulta Mitofsky sobre el posicionamiento de los aspirantes a la gubernatura estatal.

Y es que como bien me lo aseguró el politólogo del IIEPA-IMA, Raúl Fernández Gómez “en política nada es fortuito, todo está finamente planeado” la coyuntura se encuentra en el momento preciso en el que el impacto mediático cobra la mayor incidencia, dado el contexto interno de los dos partidos políticos que escriben el guión del actual proceso electoral y por ello los golpes finamente planeados, resultan ser la mejor arma para apoderarse del feliz desenlace.

Esta claro que golpear para desestabilizar fue la intención óptima de dar a conocer la encuesta, habría entonces que pensar quien es el mayor beneficiario con la desestabilización; hay quienes consideran que Armando Ríos Piter, para mostrar su fortaleza y perfilarse como el consentido de los consejeros del colegio electoral que definirá al candidato perredista.

Pero ello resulta ser una conclusión por demás superficial si se presta atención a la estructura de la encuesta y los resultados, pues ningún perredista notable podría darle un gramo de confianza a un estudio de opinión que presenta tal jerarquización de las preferencias electorales cuando estos, mejor que nadie en el PRD y fuera de el, conocen y son testigos – y en algunos casos actores- de los alcances de la popularidad de cada uno de los aspirantes a la gubernatura estatal.

Por lo anterior no parece congruente pensar en que Alberto López Rosas cuyo arraigo político se limita a un solo municipio de la entidad aparezca muy por encima de quien lleva cinco años recorriendo el estado de Guerrero y además ostenta un cargo público de nivel federal que le permite presencia mediática y en el círculo de toma de decisiones en el PRD como el senador Lázaro Mazón Alonso.

O bien, David Jiménez rumbo quien en menor tiempo pero con la misma finalidad ha recorrido la entidad promoviendo su aspiración a la gubernatura estatal y ha invertido cuantiosos recursos económicos y materiales durante sus giras para apoyar de diversas maneras a grupos de personas en los municipios que visita.

Lo raro de los resultados, entonces, es la posición a todas luces ridícula en la que ubican a Alberto López Rosas frente a los otros dos aspirantes arriba mencionados y quienes son respaldados – o hasta en fechas recientes lo fueron- por los dos bloques mayoritarios del PRD en Guerrero.

Este aspecto pues, deja fuera de toda credibilidad al estudio de Consulta Mitofsky ante los cuadros perredistas, por lo que si se piensa que Ríos Piter planeó difundir semejante idea hacerlos creer de su popularidad y ser beneficiado con la inducción de las simpatías del PRD y uno que otro ciudadano ello queda descartado.

Pero a juzgar por declaraciones de dirigentes perredistas, la tesis del compot del Jaguar es la que mayor auge ha cobrado sobre todo entre los equipos de los dos senadores aspirantes, no así de los presidentes del PRD y de su consejo estatal.

Ahora bien, si volvemos al sabio postulado del dicho popular, del río revuelto que se ha generado al interior del partido del sol azteca, los de enfrente, los pescadores del el PRI gozan de ver como la confrontación interna a unas semanas de celebrar el proceso interno crece y se aleja con ello la posibilidad de llegar a un acuerdo de unidad en el que un candidato unifique a todos los aspirantes y el bloque antipriísta llegue unificado al proceso constitucional.

¿Dónde está la ganancia de los pescadores? Me preguntaba hace unos días un amigo periodista de la ciudad de Chilpancingo, al tiempo que me explicaba que en el PRI las cosas no están tranquilas y ahí también se vive un río revuelto que no se explota en los medios de mayor popularidad en Acapulco y pues Acapulco no es Guerrero.

La respuesta quedó en el aire en ese momento, quizá de las hojas de los diarios y las bocinas de la radio no saldrá esa respuesta, ni tajante ni concreta, quizá la explicación que intentó mi amigo tampoco sea un argumento para creer que el PRI tiene las manos limpias del golpe Mitofsky.Lo que bien es cierto, es que en el teatro político, en la historia reciente de las coyunturas de Guerrero, las elecciones locales de 2008 y las federales de 2009, las actuaciones más brillantes del PRI, devienen de los estragos de los estragos que han dejado en el escenario electoral las pugnas internas en el perredismo y sus divisiones.