Por Líbana Nacif
Medios de comunicación y partidos políticos pugnan por una consolidación de la democracia, durante tantos años hemos escuchado clamar por el fin de la era autoritaria y la apertura de nuevas formas de hacer gobierno. Al centro de la esena política del estado de Guerrero, se encuentra hoy el escandalo de corrupción protagonizado por personajes del que en algún momento fue partido hegemónico, pensar en tocarlo hasta con el pétalo de una rosa hubiera significado entonces firmar una sentencia de muerte, pero hoy la rosa no es de pétalos tersos cual duraznos, hoy una mano firme ha rozado al incipiente revolucionario que lucha por su sobrevivencia, esta mano creada por los tiempos modernos, forjada en un ejercicio democrático que otorgó poder legítimo a nuevas instituciones (aunque no nuevas en sentido institucionalmente estricto) mismas que trabajando bajo la consigna de cambiar las practicas de lo político aquí presentan una prueva más para creer en la determinación de este proyecto. Que si no es el único que ha incurrido en tales practicas, que si se acusará a los hombres "Z" por promocionarse con dinero del erario, suelen defenderse los agredidos, cierto o no el escenario fue propuesto desde hace dos años cuando se buscaba la aprovación legítima para los nuevos actores políticos y la puesta en escena de su magna obra.
La función está pagada y los artistas a ecena y siendo ellos en este momento los reyes de la noche, a los espectadores nos toca desde afuera criticar la obra y ver el progreso o la frustración de nuestras espectativas. La oposición y la critica son parte del desarrollo de la trama pero que la obra concluya con éxito depende no solo de la determinación de los dirigentes sino también del sentido y la valoración que le demos al cambio el resto de la sociedad.
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