Por Líbana Nacif HerediaLos resultados del reciente proceso electoral vinieron a representar la consolidación de la crisis del Partido de la Revolución Democrática, una crisis profunda que inició con el polémico y desarticulado proceso político para la renovación nacional de su dirigencia interna celebrado en 2008, pasando por los comicios municipales del pasado 05 de octubre en donde pierde las alcaldías mas importantes del estado y la mayoría en el congreso local, culminando con la perdida de ocho diputaciones en Guerrero y la caída hasta el 12% de la votación nacional en las pasadas elecciones federales del 05 de julio.
La dinámica interna del partido y la participación de los medios de comunicación en dichos procesos políticos habilitan hasta al menos habido en la búsqueda y consecución de respuestas acerca de los motivos que llevaron al PRD a la derrota. Para los aduladores del PRI el motivo será la ineficiencia de los gobiernos perredistas ante la que consideran eficacia de los del PRI, los perredistas resentidos dirán que hizo falta el respaldo de “la mano que mese al partido” – la del Gobernador- y otros mas encontrarán la explicación mas contundente en la agudización de las fracturas internas.
Desatinado sería descartar alguno de los anteriores motivos en el afán de entender la crisis y tratar de crear el escenario que viene, sin embargo la búsqueda de explicaciones contundentes que nos lleven a la construcción de dichos escenarios tiene que iniciarse desde la génesis de la crisis, en este sentido y reconociendo que la obsoleta reglamentación interna y la débil autoridad que desde siempre ha permeado la gestión de sus dirigentes, resulta sumamente considerable aquella explicación aún no discutida lo suficiente en Guerrero que señala a esta derrota como un “Mal Necesario”.
Puede resultar maquiavélica pero no por ello radical o desacertada la idea de que los resultados del PRD obedezcan a una estrategia que apuntaló a la reconfiguración del partido. La ausencia de una estrategia política clara y contundente, pasando por la ruptura de los acuerdos internos hacia la no descalificación acompañada de acciones que hubieran permitido atenuar los conflictos al interior sustituida por la agudización de los mismos, así como la nula consecución de alianzas con otros partidos y que quien aún representa la figura más popular del PRD, Andrés Manuel López Obrador, abanderara a los candidatos de un partido distinto se conjugaron en esta estrategia.
Los resultados, un ridículo 12% de la votación nacional y en Guerrero, el que hasta hace unos días fuera denominado por su propio dirigente nacional “el estado mas perredista del país” apenas logra un 30%, pudieran ser el resultado de la misión de cierto sector del perredismo hacia la detonación definitiva del partido para motivar y legitimar su refundación.
La estrategia que cabría adjudicársele a las corrientes opositoras a Nueva Izquierda que “controla” el partido, logró su cometido en Guerrero. Vale recordar la tan manoseada alianza de facto entre las fuerzas políticas que integran el Frente Amplio Progresista (PRD/PT/Convergencia) que desde la derrota de octubre de 2008 comenzó a maniobrarse generando grandes expectativas que al verse frustradas con el fracaso de su conformación, fracasaron también los acuerdos, votos y apoyos de todo tipo que el PRD necesitaba para un mejor resultado electoral.
A lo anterior debe agregarse la postura de una de las corrientes principales, el Polo Guerrerense de Izquierda (PGI), la tribu al mando del presidente del Congreso del Estado Armando Chavarría Barrera que decide no respaldar a los candidatos y candidatas que no fueron de su corriente, ¿ausencia de responzabilidad política? ¿indisciplina partidista? ¿su estrategia con miras a la gubernatura? O ¿parte del juego del mal necesario? preguntémosle a Armando, y de paso averigüemos en cual de estas tres razones se inscribe el apoyo de sus cuadros hacia algunos candidatos del PRI.
Finalmente, López Obrador, su presencia en el estado llamando a votar por los candidatos del FAP, la negativa para acompañar en sus eventos de campaña a las opciones perredistas, puede leerse como una acción más que obedece a esta estrategia quizá orquestada desde la cúpula más fiel a su proyecto, o ¿será que a su paso por Guerrero recordó que es el Presidente Legítimo y no debe hacer campaña?
La idea de la refundación no suena descabellada en los momentos de crisis que atraviesa el PRD, de hecho obedece a la lógica de los sistemas políticos que después de la agudización de la crisis con la dinámica interna en caos y la perdida y del arraigo social, lo que sigue en los sistemas o partidos como el de la Revolución Democrática es su trancito hacia una nueva forma de existencia, en este caso “La Renovación o Refundación”.
Para muestra basta un botón que hoy irónicamente deberá servir de lección o incluso modelo al PRD, pues este proceso fue perfectamente asimilado años atrás por el Partido Revolucionario Institucional, que después de que su crisis llegó a fase terminal. Tras la historia que todos conocemos, vino la llamada “Reconstrucción XXI” y poco después los resultados que hoy están a la vista de las y los ciudadanos.
Ya desde días previos a la elección el propio López Obrador daba los primeros tintes de lo que viene, en declaraciones a medios de comunicación se publica el 13 de junio, a pregunta expresa sobre las versiones de la creación de un nuevo partido señalaba que “cabría la opción de que los partidos del FAP se fusionaran y cambiaran de estatutos, programas, principios y nombre algo así como lo que sucedió cuando el Partido Mexicano Socialista (PMS) le dio el registro al PRD”.
Posterior a la elección la élite del partido vacilante, desconcertada y aún nerviosa ante en impacto de su creación comienza a reaccionar. Sus declaraciones y su agenda en Guerrero denota los primeros intentos.
El día inmediato a la elección, por ejemplo, tras anunciar a los medios la aceptación de la derrota en las urnas en el distrito noveno y el rechazo al proceso electoral, el delegado nacional en Guerrero Jesús Zambrano admite la gran derrota que sufrió el partido y señala que “El PRD va a tener que entrar en una reflexión profunda y de autocrítica de su propia actuación con la sociedad” admite que si Convergencia, PT y PRD hubieran ido juntos a la elección se hubieran ganado los distritos.
Por su parte Armando Chavarría uno de los líderes más notables del partido señala que más allá del resultado para el PRD, el partido está obligado a discutir su estrategia electoral y además su política interna; expresó que la gran división a nivel nacional ha impactado de forma negativa.
No obstante el dirigente formal del PRD en Guerrero Misael Medrano Baza, presidente del Secretariado Estatal, comienza a ser bombardeado respecto a su ya deporsí cuestionado trabajo al frente del instituto político y se defiende respecto a la idea de renovar la dirigencia estatal –idea que entra al juego de la refundación- y con una visión política muy limitada y reducida a los personajes, dejando fuera el papel de las reglas del juego y valores del partido, sus primeras declaraciones, el 07 de julio denotan su conformidad con el proceso y como su prioridad las próximas elecciones a la gubernatura.
Medrano Baza expresó que “en su momento habrá una renovación de la dirigencia, creo que el tema principal debe ser la reunificación de la dirigencia, del partido, de los grupos. Creo que en el contexto nacional el PRD no rinde malos frutos nacionalmente tenemos 12 puntos y aquí tenemos 30 puntos, está muy claro que somos competitivos”.
De igual forma declara que la tarea que sigue es la reorganización que apunte a la unificación de un frente para ganar las próximas elecciones a gobernador “desde hoy la tarea es prepararnos para la elección de gobernador y con mucha responsabilidad, humildad, empezar a llamar a otras fuerzas a instalar una mesa de diálogo y construir una gran coalición (…) hago un llamado a dialogar al PT, Convergencia, Socialdemócrata, organizaciones sociales, sindicales para buscar construir juntos una coalición amplia para la próxima elección”.
Por su parte otro de los mas notables del PRD en Guerrero, el diputado local Sebastián de la Rosa Peláez y líder estatal de la corriente Nueva Izquierda (NI) aceptó la ausencia de una estrategia ad hoc al reto del partido en esta contienda, señalando que hizo falta actuar con contundencia, y reconoció la necesidad de una “revisión” del esquema de organización para conocer “si la política que estamos desarrollando como partido de manera institucional, no la de los grupos, es la correcta; si la relación que mantenemos con nuestros gobiernos, con nuestros representantes populares, con la sociedad de Guerrero es la que nos ayuda o no. Necesitamos revisar a fondo” hechos que plantean la renovación y los cambios profundos que son necesarios para la reconstrucción del partido, producto de la estrategia del mal necesario.
En tanto el Gobernador del estado Zeferino Torreblanca, se mantiene fiel a su estilo político, frío, indiferente y deslindado de la dinámica de los partidos principalmente del que lo llevó al poder. Ante la critica formal que lo señala como responsable de la derrota debido a las desatinadas políticas de su administración y el supuesto descontento social hacia su gobierno; y ante la crítica informal, la que no declaran abiertamente los perredistas pero que tiene que ver con la falta de apoyo político y económico hacia sus candidatos y procesos, Torreblanca Galindo se exculpa he ironiza en declaraciones publicadas el 12 de julio.
“Si creen que esto resuelve algo, pues digan que sí, que sí soy el culpable, y digan que yo dije que soy el culpable de la derrota de los buenos y malos candidatos”, “que se diga que por culpa del gobernador perdieron todos, que se diga, pero después, como por arte de magia, (luego de) que gobernador reconozca, el Partido de la Revolución Democrática volverá a ganar” declaró el mandatario en clara alusión a que la opinión respecto a su incidencia en la crisis no le preocupa ni le ocupa.
Hoy en espera del cónclave en entre el Comité Político Estatal y el Gobernador anunciado para los últimos días de Julio, en el que se discutirán entre otras cosas la relación partido-gobierno y lo que sigue para el PRD mas a nivel de actores, sin especificarse aún la importancia que tendrá en la discusión el cambio de estrategia y la refundación; queda aquí la reflexión sobre la tesis del “Mal Necesario” orquestado desde la cúpula del partido como estrategia dirigida a la agudización de la crisis para la “caída del PRD” que obligue a su propia redefinición, en su estructura, normas y valores.
La respuesta la arrojarán los movimientos del proceso que viene, el movimiento de los actores de la izquierda (pertenecientes a los partidos PRD, PT, Convergencia y PSD) con especial atención a López Obrador y grupo político y las decisiones que se tomarán respecto al rumbo del Partido de la Revolución Democrática. El mal necesario rendirá así sus primeros resultados.